Deneb en el Cisne
En la entrega anterior mencionamos que el Triángulo de Verano, es un asterismo de la misma forma en cuyos tres vértices se localizan las estrellas más brillantes de tres constelaciones: Vega (en la constelación de la Lira), Deneb (en el Cisne) y Altair (en el Águila).
Patrick Moore, un reconocido divulgador británico que tenía un programa en la BBC, fue quien hizo famoso este triángulo estival. Sin embargo, un astrónomo de origen transilvano llamado Oswald Thomas, fue quien primero denominó “Gran Triángulo” a esta figura geométrica celeste.
En esta ocasión hablaremos del segundo vértice del triángulo celeste, la estrella Deneb, y de la constelación a la que pertenece, el Cisne.
Deneb, cuyo significado en árabe es “cola”, es una estrella supergigante, su tamaño es de unas 200 veces más grande que el Sol, y su distancia estimada desde la Tierra es de unos 1,425 años luz.
Con respecto a la mitología de la constelación del Cisne hay varias versiones. Uno de ellos se refiere a que el cisne era el amigo de Faetonte, quien intentó conducir el carro de su padre, Helios, y causó un incendió en el universo. Otra versión establece que podría tratarse de Orfeo, de quien platicamos en la entrega anterior, convertido en cisne y colocado cerca de su lira. Otra versión menciona que se trataría de Zeus, de quien todos sabemos, le encantaba transformarse en formas inverosímiles con tal de seducir a las más bellas mujeres. Se dice que se convirtió en un cisne para seducir a Leda.
En la parte astronómica también podemos contar historias formidables, En dirección del Cisne se localiza la Nebulosa del Velo, el remanente de una supernova que explotó hace unos 15 mil años. Al final de su vida, las estrellas más masivas, con varias veces las masas del Sol, explotan como supernovas. La Nebulosa del Velo es resultado de una explosión así, en la que todos los elementos que han sido procesados en su interior salieron hacia el medio interestelar, enriqueciéndolo, por lo cual, la siguiente generación de estrellas será más rica en metales.
Otras tres nebulosas se encuentran en dirección del Cisne. Una de ellas es la nebulosa planetaria NGC 6826, la Nebulosa Maldita o la Nebulosa del “ojo que parpadea”, llamada así porque dicen que al fijarse en su núcleo el halo desaparece.
Sobre las nebulosas planetarias ya platicamos en la entrega anterior, así que mejor nos brincamos a la Nebulosa de Norteamérica y la Nebulosa del Pelícano, ambas localizadas en la misma región de formación estelar y que pueden observarse con binoculares, desde una zona muy oscura, desde luego. Y seguiremos con el último vértice el triángulo celeste más famoso.